¿CÚAL ES LA METODOLOGÍA DEL EPA?

UTILIZAMOS EL MÉTODO EXPERIENCIAL

Consiste en 5 pasos:

MOTIVACIÓN

Es una actividad breve, normalmente no más de 15 minutos, que pretende despertar el interés por el tema y centrar la atención de los jóvenes. Se logra haciendo brotar interrogantes acerca de la experiencia, con el fin de crear las condiciones para su profundización.

DESCRIPCIÓN DE LE EXPERIENCIA

Momento de poner en común la experiencia personal acerca del tema. Podemos aprender de lo que vivimos, por lo tanto es importante darnos cuenta de lo que vivimos. Por ejemplo: si se trata el tema de la amistad, es más útil preguntarse ¿qué amigos tengo? y ¿cómo vivo mi relación con ellos?, que preguntarse ¿qué es la amistad?. En el primer caso estamos describiendo nuestras experiencias, con el segundo abrimos paso a una reflexión abstracta y tal vez lejana de las mismas.

ANÁLISIS DE LA EXPERIENCIA

Una vez dado a conocer el tema llega este momento en el que se baja toda la información a la vida personal de cada uno de los integrantes del grupo. Es ideal hacerlo en grupo de no más de 7 personas ya que es una dinámica que dura aproximadamente 15 minutos y si dividimos el tiempo por los integrantes nos encontraremos con que no hay el tiempo suficiente para que todos hablen y si no lo hacen de nada habrá servido la charla. Debe estar dirigido de forma muy activa.

APORTE A LA REFLEXIÓN

 Durante el desarrollo del encuentro, particularmente en el momento del análisis de la experiencia y en el discernimiento, el animador proporciona al grupo un breve aporte a la reflexión, a través del cual entrega al grupo los elementos conceptuales o doctrinales que los jóvenes necesitan conocer para facilitar la profundización de la experiencia.

DISCERNIMIENTO DE LA EXPERIENCIA

Es hacer lectura de la experiencia desde un sentido más hondo: su significado de fe. Discernir las experiencias es captar en ellas la acción salvadora de Dios y también las resistencias a esa acción. Se trata de acoger la PALABRA y responder a la invitación que nos hace para un cambio de vida, de actitudes dejándonos llevar por la fuerza del Espíritu y abriéndonos a la gracia del Amor de Dios siempre presente en nuestra experiencia de vida.